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Situada en el Bajo Alentejo, Beja es una ciudad antigua llena de monumentos y bellos paisajes.
La dimensión histórica de Beja promueve un viaje en el tiempo, llevándonos a la época en que el emperador romano Júlio César la bautizó de Pax Julia. Del período de ocupación romana no permanece la designación del lugar, pero resisten varias historias y monumentos como una antigua villa romana, en las ruinas de Pisões.
El viaje al pasado de Beja pasa obligatoriamente por la ocupación de los moros, que dieron a la ciudad su nombre actual y la "despertaron" culturalmente.
Beja fue reconquistada en el siglo XIII, pero hasta hoy las calles estrechas y las casas blancas con azulejos decorativos demuestran la larga ocupación árabe.
Con importantes monumentos y bellos paisajes naturales, Beja también se destaca por ser cuna de la tradición de los dulces conventuales portugueses.
Los deslumbrantes sembrados de trigo y los olivos revelan la belleza más pura de Beja e invitan a momentos de contemplación y tranquilidad.
Entre la calma de las llanuras y la historia preservada de la ciudad, Beja promete ser una agradable sorpresa.
Los vestigios de la ocupación romana se pueden admirar en las Ruinas de Pisões, un sitio arqueológico situado en la Heredad de Almagrassa, a pocos kilómetros de la ciudad de Beja.
El castillo de Beja, modificado y ampliado a lo largo de los años, integra la Torre de Menagem, una obra de 36 metros de altura, construida por el rey portugués D. Dinis después de la reconquista de esta tierra a los moros.
En Beja está el museo más antiguo del país, el Museo Regional de Beja, que ocupa el edificio del antiguo Convento de Nossa Senhora da Conceição, que funde los estilos gótico, manuelino y barroco. En el convento vivió Mariana Alcoforado, una monja que se apasionó por un oficial de caballería francesa, el Conde Chamilly.
Mariana Alcoforado es considerada la autora de las célebres Lettres Portugaises, que son una referencia en la literatura internacional.
No pierda la oportunidad de oír el famoso Cante Alentejano, patrimonio cultural revelador de la esencia del pueblo del Alentejo.
Contemple los más bellos paisajes con un paseo en barco por el río Guadiana.
Los ricos productos de Beja como el aceite, el queso, los embutidos y la miel, se complementan con el saber y las manos hábiles que confeccionan los platos más típicos de Beja, originando una gastronomía de excelencia.
Sopa de Cação, el famoso Gazpacho (una sopa fría), Sopa de Beldroegas, Ensopado à Pastora, Lombo de Porco com Amêijoas, Migas à Alentejana, Açorda, Fígado de Porco de Coentrada e o Cozido de Grão com Vagens à Alentejana son platos que evidencian la riqueza y la variedad gastronómica de la región.
La dulcería conventual portuguesa tuve origen en Beja, y merecen destaque el Pão de Rala, Pastéis de Toucinho, Bolo de Bom Gosto do Convento da Esperança y los Geladinhos do Convento da Conceição. Otros dulces deliciosos componen la gastronomía de Beja, en particular: Tosquiados, Queijinhos de Hóstia, Queijadas de Requeijão y Bolo Príncipe.
Los buenos vinos de Beja proceden de una larga lista de productores, como Herdade do Vau, Herdade da Malhadinha Nova o Casa de Santa Vitória.
Con una superficie de 10.225 kilómetros cuadrados, Beja es el mayor distrito portugués.
Ovibeja es una feria realizada en el mes de marzo y demuestra la producción agrícola de la región, su cultura y etnografía.
El lugar donde se ubica el museo Regional de Beja fue otrora el Convento de Nossa Senhora da Conceição de Beja, donde vivió la Soror Mariana Alcoforado, a quien se atribuye la autoría de las muy célebres Lettres Portugaises, cinco cartas de amor dedicadas al caballero francés Noël Bouton – Conde Chamilly..
Deliciosos dulces conventuales portugueses tienen su origen en Beja, la historia dice que las monjas usaban el excedente de huevos de gallinas criadas en conventos para hacer tortas dulces y sencillas.